Estas almohadas, se utiliza en Japón desde hace más de 500 años por su valiosa acción terapéutica. El trigo sarraceno y el mijo son semillas de plantas rústicas, cuyo cultivo no requiere el uso de pesticidas. Debido al riguroso zarandeo y venteo al que son sometidas, no hay riesgo que queden residuos alergénicos del grano. Al no contener nutrientes, las cáscaras no atraen insectos y tampoco generan alergias.
Esta almohada resulta fresca en verano y cálida en invierno. Tiene una durabilidad de 10 a 15 años, superior a las almohadas convencionales. A medida que pasa el tiempo, su función terapéutica es mayor, ya que las cáscaras se van puliendo unas contra otras. Las almohadas de cáscaras de trigo sarraceno y mijo están forradas en tela de puro algodón, no debe lavarse el relleno y deben conservarse en lugares frescos y secos. En caso de habitar en clima húmedo, se aconseja exponerlas regularmente al sol.